Me cuesta llenarme
Me cuesta mucho llenarme.
Entender como funciona nuestra mente y cuerpo siempre nos deriva a conectar con nuestras emociones o “partes” negadas. Resulta “más fácil” vivir ignorando lo que realmente nos mueve porque es difícil entender ese instinto básico, la raíz de nuestra esencia, a veces no somos consciente porque no tuvimos ciertos privilegios que nos permiten entender esta realidad.
En este proceso de tumbar todos los modelos de creencia con los que crecí, descubrí muchas cosas que no me gustan (de mí), otras que pienso debo trabajar día a día, otras que si me gustan y por supuesto cosas que detesto del entorno (nótese el D E T E S T O). A veces siento vergüenza, miedo, mucho miedo, otras siento alegría y esperanza de un entorno distinto, de un yo con menos ego, más real, más genuino. Un yo que no tenga miedo de llenarse, de un yo que no busque constantemente vaciarse.
La falsa sensación de seguridad que genera el vacío nos permite cohabitar en los espacios más áridos y hostiles. Esto empieza en cómo nos tratamos, nutrimos, el tipo de relaciones que tenemos, como nos autocastigamos, como nos comparamos, etc, etc. Si no me lleno de nada podré existir “sin sentir”, sin cuestionarme y cuestionar mi entorno, porque duele. Duele mucho dejar que ese falso vacío se llene de emoción, duele cohabitarme y entender que veo y vivo desde el cumulo de mis experiencias (buenas y malas), por lo tanto, será difícil que otras entiendan o sientan empatía. Cuando vivimos con miedo a llenarnos también perdemos o dejamos pasar momentos de alegría y buenas experiencias, genera mucha ansiedad pensar en la pérdida.
Antes juzgaba mucho mis miedos y barreras, ahora las entiendo y comprendo. Veo a la mini Steph y a la Steph adulta y puedo entender de donde viene y a donde va, entiendo su viaje porque es el mío. Cada viaje es distinto, que nadie te haga sentir que no importa porque tú importas. Antes de opinar piensa que no sabes en realidad nada de la persona que esta al frente, invierte tiempo en escuchar, conocer, conectar y no juzgar la imagen de lo que tú proyectas en los demás.
Me cuesta llenarme, pero aquí estoy intentado.